miércoles, 6 de mayo de 2015

Carta abierta a la junta electoral

Estimada Junta Electoral,

Les ruego permítanme poder rechazar el inmenso honor que supone el ser vocal en las siguientes elecciones regionales. Me enorgullece saber que confían en mí para semejante menester pero, siendo honestos, me parece una fulgurante injusticia.

Permítanme también que me explique: es la segunda vez que soy requerido para este necesario servicio público en el breve lapso de tiempo de cuatros años. Esta situación, de por sí, no me resulta excesivamente perjudicial, pero teniendo en cuenta que hay gente que, en cuarenta años de democracia, no ha podido disfrutar del privilegio que supone colaborar con la vida administrativa de este modo.  Se trata pues de una situación que considero harto injusta para con ellos. Creo por tanto que deberían valorar la posibilidad de eximir a todos aquellos que ya hemos ayudado antes hasta que, con el paso del tiempo, todos los ciudadanos hayan participado –como se hace en las comunidades de vecinos-.

He de añadir que, si quieren que la gente colabore con una sonrisa, deberían pagar más de 62 euros por unas 15 horas de trabajo un domingo (que es lo que estuve la última vez). Estando en una situación de crisis, en la que estoy convencido que muchos estarían dispuestos a presentarse voluntarios para este puesto de vocal, creo que deberían estar abiertos a nuevas posibilidades.

Espero pues que la crueldad que supone privar a un hombre de su tiempo libre varias veces se resuelva con un sistema más justo. Por supuesto, si aun así consideran que he de acudir como vocal, no garantizo no hacer comentarios irónicos y ácidos sobre mi situación ante mi responsable directo. Y no, tampoco le daré los buenos días con una sonrisa. 

Muchas gracias,

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