viernes, 28 de abril de 2017

Ser serio en lo importante... y gracioso

A lo largo de mi vida universitaria he aprendido una lección: los puristas son lo peor de cada movimiento social. 

Pasa en todo: en el cine está lleno de estirados que creen que todo lo que no es cine social y es meramente entretenmiento no merece la pena, o los que sólo se fijan en el color o la edición o los juegos de planos y cámaras. En la música los que odian el mainstream y en el metal la policía del metal que te dice si llevas las pintas suficientes para que te guste el metal o si eres un vendido. En todos lados. Y en el mundo universitario también. 

Vengo a decir esto porque he percibido que hay cierta sorpresa cuando alguien culto y con inquietudes hace una chorrada para pasárselo bien o cuando alguien que se dedica al humor es un tipo culto. Como si hubiese una incompatibilidad. En la Universidad hay mucho dinosaurio que cree que un profesor no debe ser gracioso, sólo serio. Cuesta asumir el humor como herramienta de divulgación. O la tontuna más básica y absurda como método de entretenimiento. Como si el guionista de Aterriza como puedas no pudiese votar con criterio y un político no pudiese reírse con esa película. 

Personalmente veo más crítica y seriedad en los humoristas, y más interés por la política y actualidad. Encumbramos a Chaplin o Groucho por saber llevar esto bien, o aceptamos que todos los periódicos tengan su tira cómica, o que Gabilondo después de entrevistar a Neil de Grasse Tyson salga en El Fin de la Comedia con el loco de Ignatius Farray. ¡Son referentes! ¡Qué cracks! ¡Se mueven en todos los campos! Pero va un profesor de universidad, un periodistas menos conocidos o un concejal y suben un meme a su red social y ¡Oh, Dios mío! no se toma en serio la seriedad de su trabajo serio.

En esta dualidad creo que me muevo. Tengo intereses culturares, sociales y políticos, me gusta aprender, pero como digo siempre: tengo el virus de la chorrada muy desarrollado. Y me molesta cuando alguien me quiere convencer de que es incompatible. Como si eso hiciese que cuando hablo de algo serio perdiese credibilidad o que no pueda hacer humor. 

Por eso en este blog, que es más personal, a veces conviven mis dos lados. Las publicaciones serias van a mi web de periodista, pero aquí reflexiono más de mis cosas. Igual un día te hablo de 13 reasons Why y mi visión sobre el bullying, igual otro día comento chorradas, como mis bromas a Jazztel o mi próxima entrada del blog sobre una investigación social absurda a la que he usado a muchos de mis amigos como conejillos de indias. 

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