miércoles, 12 de abril de 2017

Sobre la genialidad y otras virtudes

No soy un buen músico. Y no me cuesta nada admitirlo. Soy melómano sí, pero no estoy bendecido por Apolo u Orfeo, depende con qué panteón y qué dios de la música te quieras quedar. Me da rabia pero esa es la verdad y eso no quita que puedan hacer buen producto musical. 

Me explico. Para mí, entre los amantes de la música, se cuatro tipos de persona:

1. El bendecido por Tao. El que tiene un oído absoluto, puede sacar las canciones sin más y ningún instrumento esconde secretos al cabo de unos días o incluso unas horas. Lleva el ritmo en la sangre, percibe fallos donde nadie más los ve, en un concierto está absorto viendo a los músicos y cuando le dejas con un instrumento no se pone a tocarlo para fardar sino para ponerse en "modo autista on" y disfrutar de la música. 

2. El cultureta. El que le interesa la música desde el punto de vista de lo que aporta a una sociedad, las influencias de cada grupo, la evolución y progresión de las bandas y en general está atento a las novedades. 

3. El trabajador constante. Sabe que dominar un instrumento es un camino largo y, cual arte marcial, cada día practica un poquito. Cada error atesorado le lleva a progresar y mejorar. Al cabo de los años tocará decentemente un instrumento. 

4. El que reúne los puntos 1, 2 y 3. Y así te salen grupos como Walk Of The Earth, Red Hot Chilipeppers, Volbeat, Queen, Boston, todo lo que ha hecho Mark Knopfler solo y con los Dire Straits...

Digamos que yo -porque sí, es mi blog y hablo de mí-, estoy entre el punto 2 y 3. Aprender una canción me lleva horas, salirme de un ritmo 3/4 o 4/4 me lleva horas, hacer un solo de guitarra medianamente rápido me lleva días y por eso es una faceta de la guitarra que, aunque admiro, tengo prácticamente abandonada. Pero soy cabezota. Mucho. Soy de esas personas que acaba consiguiendo lo que se propone, aunque le lleva años. Y la música tiene también mucho de esto. De obsesión, insistencia y no rendirse. Y, sobre todo, de conocerse a sí mismo y saber dónde está tu puto fuerte. 

Pongamos por ejemplo a Bob Rock, el productor de música. No sabe tocar ni un sólo acorde de la guitarra, no se sabe las notas... y en su haber tiene discos producidos que han vendido millones de copias. El Black Album de Metallica (16 millones de copias), New Jersey de Bon Jovi, y muchos grupo The Cult, The Offspring, DragonForce... y sólo a base de sentarse, escuchar los discos de sus clientes y pensar qué es lo que pueden aportar. Luego, cuando le presentan las demos dice "aquí quita esto, aquí repite esto y aquí mejor sube de tono". Y, repito, sin saber absolutamente nada de teoría musical. ¿Es músico como tal? No lo sé, pero ha aportado mucho al mundo de la música. 

Quizás yo sea un poco así. Escucho de todo y dentro del rock y metal estoy muy al tanto de todo. Eso hace que acabe sacando buenos temas, por influencia de todo, pero no por genialidad. 

¿y por qué cuento esto? Porque he sacado un cover folk metalero que creo que me ha quedado GENIAL. Pero el solo de guitarra, que a un guitarrista medio le lleva unas horas, a mí me ha llevado días. El resultado final, para estar grabado en casa, es muy molón pero joder... ¡Qué de horas lleva! Menos mal que soy cabezota. 


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